SER
MAESTRO
Ser maestro es una facultad excepcional, que se desarrolla en algunos seres humanos. A todos los llamados maestros no se les desarrolla ésta.
La experiencia conseguida con los años, y enriquecida con los aprendizajes obtenidos en el curso de su práctica, son los mejores indicadores si ésta ha sido desarrollada o no.
Quien es maestro,
deja huella, trasciende entre sus dirigidos. Para esto, ese ser humanos debe
poseer algunas capacidades especiales, y desarrollar talentos que le permitan
trascender en los demás.
Se es maestro
cuando se orienta, cuando se conduce, cuando con amor se acompaña; cuando se
comprende al otro y se ayuda a que este entre en el camino que es. Ese camino
que ya el maestro caminó. El maestro entiende que se le debe esperar.
No es maestro el
que trasmite conocimientos. Lo es, quien posibilita que el otro los construya.
No es maestro, quien queda contento por que su alumno, o alumna le dijo al pie
de la letra la lección, la tarea, el examen; por que le presentó muy bonito el
cuaderno.
Es maestro, el que
logra que sus dirigidos comprendan sus orientaciones, las hagan suyas, las
modifiquen de acuerdo a sus propios pensamientos y sensaciones; entonces serán
capaces de llegar por si mismos a la meta anhelada por él.
Quien es maestro, cree que el aula, la clase,
el tiempo de relación con ellos, con ellas, no tienen como fin tratar el tema
que planifico y que el programa manda a tratar. Cree firmemente que ese
espacio, ese momento es para que
Si ello no ocurre, el trabajo no tendrá verdadero sentido, ya que el fin prime ro y último de la educación es aprender a desenvolverse eficientemente en la vida, a partir de un sinnúmero de herramientas conseguidas en la escuela ( la matemática, la biología, la ética, la filosofía, la química, etc, etc) ! El maestro es un ser excepcional. Sí, lo reafirmo ¡ Y algunos se preguntan El por qué de ello. He aquí algunas de las razones:
Es un ser especialmente sensible, su
sensibilidad no es igual a la de los de más.
Es especialmente comprensivo. Su comprensión
va más allá de los hechos que observa. Es capaz de involucrarse de
“meterse” en las posibles causas y consecuencias de los hechos; y así mismo,
visualizar alternativas para mejorar lo observado.
Como sabe que
aprender implica “ir” y “venir”, implica “acelerar” y “desace, lerar”,entonces
sabe esperar, sabe tener control sobre si mismo y sobre el que aprende.
Esto le permite entender qué le sucede a quien
está aprendiendo, por donde se debe encaminar para conducirlo por el sendero
adecuado.
El error permite aprender. Él convierte lo
negativo en positivo, le posibilita al que aprende a verlo así. Con ello
estimula a ir adelante
Para poder hacerlo así, requiere ser tolerante
y con ello poder utilizar la ade cuada medida
“ Si se atiende a uno, no se atiende al otro
”, diría el refrán popular, el maes-
tro busca la forma y la encuentra para atender
a todos. El tiempo sabe ser un aliado importante, y quien lo sabe utilizar es
verdadero maestro.
El maestro acompaña. El maestro sabe tomar
distancia, sabe acercarse y cuando retirarse.
Muchos de los elementos anteriormente
mencionados dan forma a un valor especial en el verdadero maestro; ser amigo.
La amistad posibilita una positiva empatía,
que ayuda a que las partes en -
tiendan que la exigencia es necesaria, que el
esfuerzo se requiere, y que la flexibilidad también, pero no siempre.
Son muchas más las cualidades que podríamos
seguir mencionando en el perfil del verdadero maestro, más quiero cerrar este
escrito con intenciones
de reflexión, con un valor que considero
contiene a todos los demás. El amor.
El verdadero maestro se ama, por tanto ama a
los demás. Al experimentar amor, siente las necesidades del otro, de quien está
aprendiendo, lo que lo
lleva a dar lo mejor de sí para ayudar a que
el que aprende cubra sus pro - pias
necesidades
Experimentar amor, hace que ame su profesión,
disfrute con lo que hace, se sienta motivado permanentemente. Mira la vida
entonces, de una manera muy especial.
Como hay amor en sus venas en sus células, en
todo sus ser, cada acto que realiza lo
hace de la mejor manera posible; entiende que hacerlo de cualquier manera no tiene cabida, pues el maestro
por ser modelo, no puede ser modelo de mediocridad . Amor y maestría constituyen una llave
inseparable, se nutren mutuamente.
El amor construye lleva al bien; el ser
maestro también El que ama tiene esperanza, el maestro espera,
10 meses, dos años, cuatro diez, para ver sus obras. La esperanza en él
permanece.
El amor es juego encendido constantemente, es
ese juego el que hace que el maestro verdadero vaya hasta el final, no reniegue
de lo que es, de su suer -
te y de su vida.
Todos los días se siente enaltecido, se siente
motivado, por que lo que hace mueve al mundo, pues los seres son los que mueven
el mundo, y esos seres un día estuvieron en sus manos.
¿ PODRÁ ENTONCES EXISTIR OTRA PROFESIÓN MÁS
ESPECIAL QUE EL SER MAESTRO?
Fernando Eugenio Rentería Garzón
Profesional en educación.